Sin sonrisa

 Ángel pinta con el radio en alto volumen en una estación de salsa, muy concentrado, lo que parecería una contradicción con el escándalo musical, y muy rápido. Diría que su promedio diario es de unas tres horas cuando pinta, pues no lo hace todos los días, y toma vacaciones de vez en cuando contrario a otros pintores que hemos conocido que tienen la necesidad de pintar todos los días, y algunos hasta con horarios específicos. Tiene mi apoyo pues soy anti-esclavista de todo lo que los humanos hacemos, incluyendo nuestros talentos.
Cuando pinta tiene la costumbre de llamarme de vez en cuando para enseñarme lo que ha pintado y en ocasiones hablamos con respecto a mis percepciones y las de él, especialmente, cuando pinta a colores pues como daltónico leve tiene problemas con distinguir algunos colores como el verde y el rojo. En muy pocas ocasiones hemos discutido extensa e intensamente sobre temas específicos o personajes.
Ángel es maño, como se conocen a los aragoneses, testarudo, y se defiende como gato boca arriba. Yo soy tauro, terco, y rudo en la discusión. Así que tenemos establecidas una regla de oro que evita el choque de trenes. En materias que tienen que ver con su arte la decisión última siempre es de él, pues él es el artista y yo el observador.
Una obra que generó intensa discusión fue “Sin sonrisa”, óleo sobre lienzo, 40” X 40”, 2020. La obra se hizo a raíz de una exposición para el Segundo Encuentro de Artistas en Contra de la Violencia, que se canceló a raíz de la pandemia. Cuando Ángel me habló de su idea para la exposición la objeté porque pensaba que la obra añadiría propaganda anti-masculina que caracteriza algunas vertientes feministas ante los legítimos reclamos de las mujeres.
Fue una discusión ideológica. Pienso que la violencia humana proviene de los desequilibrios. Por eso es necesario el ascenso de lo femenino ante el desequilibrio a favor de lo masculino. El trato equitativo es entonces una necesidad, pues es la manera correcta para terminar con los desequilibrios de género que son, a su vez, causa de violencia. Pero el equilibrio no se logra eliminando lo masculino, o haciendo lo femenino dominante, pues sería causa, nuevamente, de violencia.
Ángel rechazó mis planteamientos y pintó una obra magnífica. Si observan con detenimiento la mano que tapa la boca de la niña tiene características físicas más de mujer adulta que de hombre. Sin embargo, algunos la interpretan masculina, lo que se entiende. Otros han objetado también el título – “Sin Sonrisa”. A menos que tengas una vertiente sadomasoquista que te tapen la boca con fuerza no solamente te quitan la sonrisa, te quitan la alegría de vivir, y en ocasiones la vida.
La mirada de la niña, pintada de manera extraordinaria, recoge la pureza, inocencia y sorpresa ante el acto violento. Es una obra valiosa y magistral.



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