EL ARTE DE PINAZO

H ay un dibujo de Ángel que me gusta mucho. Son dos manos extendidas a punto de agarrase. Una mano superior, brillante, espiritual y menos definida está a punto de agarrar la mano de abajo, más oscura, terrenal y definida. Ángel llamó el dibujo “Salvación”, lápiz y acrílico sobre papel pegado a tabla, 12” X 24”, 2018. Se exhibió en una colectiva de obras inspiradas en la luz.   En las Naciones Unidas hay una alfombra persa hecha a mano que tiene el siguiente poema en persa   y que traduzco libremente del inglés:     “ Los humanos somos partes de un solo cuerpo     destellos de una misma esencia Cuando en el mundo se hiere a una parte   las otras sufren, no encuentran descanso.  ¡Oh tú que no sientes el sufrimiento de los otros,  no mereces llamarte humano!   El poema es de Saadi Shirazi, un famoso sufí persa del Siglo XIII que deambuló durante treinta años por muchas tierras en búsqueda de conocimiento a raíz de las guerras y el sufrimiento causado por la invasión mongólica.

  La obra más conflictiva para mí de Ángel en término simbólicos y políticos es un magnífico dibujo de un brazo extendido desde la izquierda y que se titula “Hacia el porvenir”, lápiz y acrílico sobre papel, 31 ½” X 39”, 2010. La obra ya había sido dibujada cuando lo conocí. Ángel, que es poco político, se refiere en su obra y título, y como realista e hiperrealista, a lo que literalmente quiere decir, el brazo izquierdo extendido con el puño apunta al futuro. Eso es todo.   Puedo dejar el relato ahí pero contrario a Ángel soy bastante político y poco convencional en mi pensamiento. Como el buen arte también es interpretación, simbología, y una forma de ver la realidad, es decir, filosófico y hasta teológico, y como no tengo nada de artista ni de perito en arte, me puedo amparar en mi ignorancia para pedir perdón a aquellos, aquellas y aquelles, que se puedan molestar u ofender con lo que pienso. Así que comienzo pidiendo perdón como el que ama pero no como el que siente que lo que p

Tengo un amor especial por la espiritualidad de la naturaleza. Puedo cantarle al agua, al aire, al viento, al fuego, a la tierra, y meditar en ellos. Amo la naturaleza, aunque en ocasiones sus fuerzas me producen temor.   Digo esto porque una mujer norteamericana embellecida por la vejez se fascinó con los petroglifos de Ángel exhibiéndose en San Juan. Adquirió el de la “Mujer de Caguana” y comisionó uno más pequeño de la “Piedra Escrita”. Quiso que fuéramos a su casa a verlos colocados y opináramos. La “Piedra Escrita” estaba en la pared de la puerta de entrada. Luego nos llevó a su cuarto y en medio de la pared de la cabecera de su cama de pilares estaba la “Mujer de Caguana”. Quedé impresionado. Sentí la vibración indígena-natural y me pregunté cómo sería dormir allí. Reconstruyendo nuestra habitación en Cupey, que nos sirvió de refugio ante la ira de María, recordamos la experiencia con los petroglifos. Como teníamos el original de la “Piedra Escrita” y el de “Atabeira”, los co

  Angel tiene una serie de unos quince dibujos de manos en formato pequeño,    8 ½” X 12”, dibujados a través de varios años. Las manos son muy difíciles de dibujar o pintar para el artista quizás porque a través de ellas expresamos desde lo más sublime a lo más terrible de la condición humana. Entre lo más sublime está el amor.   Dice San Juan de la Cruz que “al atardecer de la vida nos examinarán del amor”. Para los que estamos más cerca que nunca de tomar este examen importa mediatar sobre esto, aunque no hay edad para amar incondicionalmente. Hay un dibujo de Angel precisamente sobre esto y se llama “Amor incondicional”, lapiz y acrílico sobre papel, 2010. Hay también un video sobre San Juan de la Cruz que recoge en coro y visuales su mensaje que es, verdaderamente, el mensaje y el camino de la salvación crística.   El dibujo y el video son conmovedores     

  Ángel se fascinó con la imagen de Ricardo Alegría. Nunca lo conoció pues ya había fallecido cuando lo pintó. Como había tomado clase con Don Ricardo tenía impresiones sobre su carácter, conocía sus teorías sobre nuestros indios, y sus planteamientos sobre el mestizaje cultural y racial en la identidad puertorriqueña.   Un buen día hablamos con quien fue su secretaria por muchos años y ella le proveyó a Ángel varias fotos que utilizó para pintar un magnífico retrato en blanco y negro. Y digo magnífico porque aquellos que lo conocimos quedamos sorprendidos por la extraordinaria semejanza física y psicológica que Ángel logró en su obra hiperrealista. Es sin duda su obra más preciada y en muchas ocasiones su obra de presentación. Así que se organizó una exposición inspirada en Don Ricardo y en la que su obra “ Ricardo Alegría ”, óleo sobre tela, 45” X 45”, 2015, sería prominente.   Además, nos fuimos a la Piedra Escrita en Jayuya y a Caguana en Utuado a fotografiar   y   buscar inspi

“Flores de mi jardín” fue una serie de obras de tamaño pequeño, 10” X 8”, óleo sobre lienzo, que Ángel realizó a colores en el 2015. Son algunas de las flores en aquel entonces en el patio de la casa de Cupey donde Ángel tiene su estudio y vivíamos antes del huracán María. Fueron las primeras obras pintadas a color en Puerto Rico. Ya Ángel había pintado a colores en el Jardín Botánico de Valencia y estas obras las habíamos traído a Puerto Rico. Todas se vendieron, principalmente, a través de una galería que existió en el Viejo San Juan. Hay una excepción. Una obra en tamaño más grande, 30” X 24“, que a Ángel no le gusta porque entiende que la pincelada le quedó muy suelta, muy expresiva, y luego de hecha le hubiera gustado haberla pintado más realista o hiperrealista. Así que no la exhibe y la tenemos enmarcada en el apartamento en el que nos refugiamos luego de tres meses viviendo en la casa que quedó medio destruida por María. A mí me gusta la obra proscrita aunque hay quienes le d

  Cuando Ángel vino a Puerto Rico encontró a los hombres guapos y a las mujeres muy bellas y asertivas, comparándolas con las míticas amazonas. Como soy de la escuela de Ricardo Alegría, de etnicidad e identidad mestiza, fueron por ahí mis interpretaciones para él. Así que quedó claro, por ejemplo, lo que representa el emblema del Instituto de Cultura del 1956 hecho por el pintor y grabador Lorenzo Homar de tres hombres; un cacique taíno con un cemí, un caballero español del siglo XVI con una gramática castellana, y un negro africano con tambor y machete.   También le expliqué lo que significa “blanquito” y cómo se mezclan nuestros rasgos culturales y raciales con nuestras clases sociales. También vimos cómo la concepción mestiza de identidad se ha modificado con la modernización a la americana y muchos ahora se identifican blancos en el censo, y cómo, desde otras perspectivas, se ve la etnicidad e identidad nacional esencialmente afro-descendiente o indígena-taína, y todo esto dentr