Sobre Rafael Cancel Miranda y dos obras de represión y libertad

El retrato de Rafael Cancel Miranda (Cancel Miranda: entre luces y sombras, óleo sobre tabla, 12” X 12”, 2019) fue idea de Angel. Lo habíamos escuchado en varias conferencias. Lo admiraba por su valentía, sentido de humor ante la adversidad y, sobre todo, por su amor incondicional a un pueblo que en su mayoría lo rechazaba, le temía y no le entendía. Su mirada era amorosa. Su cara envejecida, con un ojo con párpado caído a causa de golpes y vejez, reflejaba una vida, sin duda, extraordinaria.

Fue también idea de Angel llamarlo “entre luces y sombras”, y lo hizo por varias razones. Una por la técnica de luces y sombras, claroscuro. Otra por los años de encarcelamiento, inclusive en solitario, que pasó en las cárceles federales por unos “tiritos”, como decía, en el Congreso, y porque muchos en su pueblo que amaba, al no entender el por qué de su gesta, le temían y lo rechazaban. Su retrato capta el drama politico y existencial de cómo unos hombres y mujeres enfrentaron un duro y cruel coloniaje en un momento muy específico de nuestra historia.

Al enterarnos de su muerte fuimos al Ateneo. Llegamos cuando se preparaba la comitiva fúnebre en frente del edificio y en una pantalla se reproducía un video de sus últimos momentos. Luego caminamos lentamente hacia la Catedral para despedirlo mediante misa antes de peregrinar a Mayaguéz, su pueblo natal, donde fue enterrado. Mientras caminábamos me dí cuanta del grupo de viejos, mi generación, y comprendí que no, solamente, estábamos acompañando a Cancel Miranda, sino que el peregrinaje también marcaba el final de una etapa en nuestra evolución como pueblo e individuos.

La represión que enfrentó el pueblo y que combatió Cancel Miranda se recoge de forma muy realista en una foto tomada en Utuado, que fue ocupado por la Guardia Nacional en el 1950. En esta foto, que Angel pintó y llamó “El opresor dirigiendo al pueblo”, óleo sobre tela, 40” X 60”, 2020, se refleja de manera muy significativa que los que están siendo repimidos son jíbaros pobres, mayoritariamente mujeres, niños, y si observan los que iban atrás, jóvenes.

El título de la obra está inspirado en el famos cuadro de Delacroix que se puede apreciar en el Museo de Louvre, “La libertad guiando al pueblo”, en el que una mujer con una bandera francesa y senos decubiertos dirige al pueblo, que es como Delacroix representó la revolución del pueblo de París del 1830. En este cuadro no hay cabecilla, la muje es la libertad. Pero en la historia también ocurre, en ocasiones, lo contrario. Los pueblos también son oprimidos y reprimidos en determinados momentos de ahí el título: “El opresor dirigiendo al pueblo”.

Esta historia de lucha y dolor no me produce tristeza porque Angel y yo vivimos muy de cerca el verano del 2019. Estuvimos en muchas de las protestas y manifestaciones y en especial en lo que muy bien puede ser la manifestación más grande de nuestra historia, bautizada con un purificador aguacero. La lluvia hizo que jóvenes, mujeres, y tantas personas, celebraran danzando libremente.

Lo ocurrido se recogió en una foto que recorrió como pólvora las redes sociales. Angel quiso pintar la famosa foto con cambios, como hacer referencia, no tanto a la petición de renuncia de un Gobernador, sino a la expresión liberadora de un pueblo. Por eso la obra se llama “El pueblo celebrando la libertad”, oleo sobre lino, 48” X 36”, 2020.









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