Posmona

 

Al principio de la Calle Loíza pintaron un mural de una mujer a todo color y muy tropical que se llama, genialmente, la “Mona Loíza”. Vale la pena verlo, pero en nada se parece a la original que dicen, entre otras cosas, que tiene una sonrisa enigmática, y aunque parece haber consenso entre los expertos que es una pintura de la esposa de un comerciante florentino del Siglo XVI, entre las interpretaciones se incluye que es Da Vinci, que le gustaba de vez en cuando vestirse de mujer, me imagino que falsa, pero divertida.

El año pasado apareció la noticia de que una copia de la Mona Lisa del siglo XVII había sido vendida en una subasta de Sotheby’s por unos $656,000. Esta copia, de las muchas que se han hecho, el pintor, que no dicen su nombre, le había introducido dos columnas. Decía también que otra copia se había vendido en Nueva York en el 2019 por más de un millón de dólares.  

En el 2017 se hizo una colectiva inspirada en la Mona Lisa, y Ángel la pintó. Pero la colocó en los jardines adyacentes a La Fortaleza, con ésta de trasfondo, y con   murallas, garita, puerta de San Juan, bahía, y claro, palmas de cocos. Muy tropical también esta Mona, aunque mantuvo su sonrisa enigmática y sus vestimentas renacentistas. Ángel sintió que estaba aún demasiado en el pasado, así que para modernizarla le puso dos piercing, uno en la nariz y otro entre la boca y la barbilla.

¿Cómo llamarla? La obra se llama “Posmona”, óleo sobre tabla, 24” X 30”, 2017, pues es una Mona Lisa de la posmodernidad puertorriqueña.  La obra recorrió dos exhibiciones antes de ser adquirida por un coleccionista, que me sospecho tiene un tesoro en sus manos, e, interesantemente, a la gente le llamaba mucho la atención y a las jóvenes les divertían sus piercings.  




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